domingo, 11 de abril de 2010

El jardín de la mirada




No sé si os había contado que tengo un jardín maravilloso. El suelo es público (Parque Natural del Moncayo), los pájaros lo siembran, las nubes lo riegan, las lombrices y carábidos lo labran, los vientos lo peinan y las estaciones lo colorean. Es mío por que yo lo creo con mi mirada.

El conglomerado de la rocalla se formó en el Permotrías. Los ciclos de hielo y deshielo y los filamentos de la saxifragas desagregan toscos prismas. Los líquenes pintan de naranja y amarillo los muros. Las festucas forman un manto almohadillado de raíces y briznas secas que el frío no deja descomponer. Saltando de roca en roca he llegado a mi jardín en la terraza de la peña del Cucharón en el Moncayo y puntuales ha llegado los primeros narcisos. La semana próxima la pradera será un manto estampado de amarillo. ¿quién los manda ser tan preciosos?

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